El Consejo de Energía de México (CEM) sostiene que la electricidad es un pilar fundamental para la vida, la industria y la economía del país. En este sentido, la soberanía energética es crucial para garantizar el acceso a recursos energéticos, pero más importante aún es asegurar que la electricidad sea asequible y de alta calidad, en beneficio directo de todos los mexicanos.
“Insistir en una postura insensata y sin sustento de que debe protegerse una empresa pública, que además no ha demostrado su eficiencia operacional, altamente contaminante y miope ante las alternativas que ofrecen fuentes de energía renovables, más baratas y accesibles provenientes de la naturaleza como el viento y la energía solar, solo deja ver intereses mezquinos de gobierno, peor aún en el umbral del periodo electoral más importante del país, perdiendo legitimidad una propuesta de reforma con intenciones que favorezcan realmente al país y sus habitantes”, recalca el CEM.
Persistir en la protección de una empresa pública sin eficiencia operativa y poco amigable con el medio ambiente, mientras se ignoran alternativas más baratas y sostenibles como las energías renovables provenientes del viento y el sol, refleja intereses gubernamentales cuestionables, especialmente en un contexto electoral. El colegiado añadió que es imperativo que cualquier propuesta de reforma energética se enfoque en beneficiar verdaderamente al país y a sus ciudadanos.
“Garantizar nuestra estabilidad y autonomía energética requiere una revisión seria y detallada por parte de expertos para integrar energías renovables en nuestro sistema. El objetivo primordial debe ser proporcionar tarifas eléctricas accesibles, independientemente del proveedor, reconociendo que el papel de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) debe ser instrumental en este proceso, no el foco principal”.
La clave para mantener la soberanía energética no radica en fortalecer la producción de una entidad pública, sino en garantizar la calidad de la transmisión y distribución de energía a través de infraestructuras modernas y eficientes, aprovechando fuentes alternativas más económicas y limpias, recalcó
Un ejemplo destacado de la importancia de la energía como derecho humano es la evolución del sector de las telecomunicaciones en México. Hace décadas, la telefonía era un servicio exclusivo para unos pocos, pero gracias a la competencia y la regulación adecuada, ahora millones de mexicanos de todos los estratos sociales tienen acceso a servicios de telefonía a precios asequibles.
El CEM recalca, por último, que el Estado debe establecer una regulación justa y equitativa en el sector energético, garantizando el acceso universal a la electricidad y fomentando la competencia para beneficio de todos los consumidores. Los expertos en generación deben ser incentivados para aprovechar fuentes de energía más eficientes, mientras que el Estado se encarga de la distribución y transmisión con tecnología e infraestructura adecuadas para garantizar precios justos para todos los consumidores, tanto domésticos como comerciales.