Numerosas publicaciones, como lo mostrado en las recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón, respaldan la interrelación entre ECV y enfermedades renales. Pacientes con enfermedades cardiacas crónicas enfrentan un riesgo considerablemente mayor de desarrollar enfermedad renal y viceversa. Este dilema clínico requiere soluciones específicas que atiendan de manera integral ambas condiciones médicas.
Según algunos estudios, la urea representa un factor de riesgo cardiovascular no tradicional en los pacientes con ERC. Una de las estrategias para reducir los niveles de urea en sangre, además del tratamiento médico con alfacetoanálogos, es mantener una microbiota intestinal saludable y cuidar la cantidad de proteínas de la dieta.
El mantener una dieta baja en proteínas beneficiará al paciente con ERC al disminuir la presión glomerular y de la hiperfiltración permitiendo una ralentización de la progresión de la ERC y disminución de la proteinuria”, expresó Nadia Saavedra, especialista en nefrología.
La colaboración continua entre la comunidad médica, investigadores y la industria farmacéutica en México promete un horizonte más saludable para aquellos que enfrentan desafíos cardiacos y renales. “Las enfermedades renales se han convertido en una preocupación adicional, especialmente entre aquellos diagnosticados con afecciones cardíacas. Este escenario ha impulsado la necesidad de enfoques innovadores que aborden ambas problemáticas de manera efectiva”, subrayó.
Medidas terapéuticas y preventivas
Preservar la función renal es uno de los objetivos prioritarios en la práctica clínica. La estrategia más eficaz para reducir la morbimortalidad cardiovascular en la ERC es apuntar a las medidas terapéuticas y preventivas a los pacientes con una ERC inicial.
“Si se evita el deterioro de la función renal, habrá una mayor supervivencia. La ERC se define como las anormalidades de la estructura o función renal, presente por más de tres meses, con implicaciones a la salud”, resaltó la especialista en nefrología.
Aunado a lo anterior, detalló, los pacientes con ERC tienen una vasculopatía generalizada, con otras características asociadas como hipertrofia ventricular izquierda (HVI), calcificaciones vasculares y rigidez arterial.
En este sentido, resaltó, los alfacetoanálogos contienen 10 aminoácidos esenciales: cinco en su forma completa y cinco como análogos de aminoácidos. “Los alfacetoanálogos capturan el grupo amonio en el hígado, evitando la formación de urea y por medio de transaminación, formar proteínas que cumplirán diferentes funciones en el organismo.
Por el tipo de padecimiento y recomendaciones médicas, comentó la especialista, es importante contar con tratamiento médico-nutricional, “así que, la inclusión de un nutriólogo renal como parte de las estrategias de cuidado y seguimiento del paciente, es fundamental. No hay que olvidar que la dieta baja en proteínas, más la inclusión de alfacetoanálogos, reduce, sin lugar a duda, el inicio de diálisis en los pacientes con ERC”.
Para concluir, la especialista en nefrología resaltó que, en este contexto, una recomendación médica es el uso de Cetolán Polvo dispersable Sobres III, que ayuda a reducir los niveles de urea y preservar la función renal por más tiempo.
Factores que ayudan a controlar la progresión de la ERC:
1. Mejorar los niveles de glucosa en la sangre.
2. Adecuado control de la hipertensión arterial.
3. Disminuir la cantidad de proteína en la dieta.
4. Reducir el consumo de sodio.
5. Evitar el sedentarismo.