Mark Lanegan, uno de los músicos más icónicos de la escena alternativa del rock y líder de la banda Screaming Trees, murió este martes 22 de febrero a los 57 años.
“Nuestro querido amigo Mark Lanegan murió esta mañana en su casa en Killarney, Irlanda”, anunció un mensaje colgado en su cuenta de Twitter.
El comunicado subrayó que “no se dispone de más información por el momento”, y pidió que “se respete la privacidad de la familia” de Lanegan, incluida su mujer Shelley.
El artista, nacido en el estado de Washington (noroeste de EE.UU.), relató en diciembre su dura lucha contra COVID-19, que le llevó a entrar en coma durante meses y le puso al borde de la muerte en varias ocasiones.
En su libro de memorias “Devil in a Coma” (“Diablo en coma”), del que el diario “The Guardian” publicó un extracto, Lanegan relató de forma sobrecogedora las alucinaciones que sufrió por culpa de la enfermedad mientras recobraba y perdía la conciencia en los cuidados intensivos de un hospital.
“Esta cosa me estaba intentando desmontar, mi cuerpo y mi mente, y no había ningún final a la vista”, escribió. Meses antes, había sido un furibundo negacionista que difundió diferentes teorías de la conspiración sobre la covid y que rechazó vacunarse.
Aunque fue su experiencia más extrema, no era la primera vez que Lanegan miraba cara a cara a la muerte, fruto de una vida llena de excesos que se llevó por delante a algunos de sus grandes amigos con los que formó la escena “grunge” de comienzos de los años 90.
Íntimo amigo de Kurt Cobain, el difunto líder de Nirvana, Lanegan había sido ingresado en innumerables ocasiones a causa de sus adicciones, pero siempre logró salir a flote para exhibir su voz de barítono tanto con los Screaming Trees como con los Queens of the Stone Age o en solitario.
A lo largo de la década de 1990, el cantante combinó sus discos con los Screaming Trees, uno de los grupos pioneros del “grunge” aunque con un toque psicodélico, con sus primeras aventuras en solitario.